Los primeros registros oficiales de Núremberg datan del siglo XI, cuando en el norte de Baviera el emperador Enrique III construyó una fortaleza alrededor de la cual durante la Edad Media surgió y se extendió la ciudad. Durante su época dorada del Renacimiento, Núremberg se convirtió en un símbolo del arte y el humanismo alemanes, y en la actualidad cuenta con muchos lugares de interés como el magnífico Castillo de Núremberg, la Iglesia gótica de San Lorenzo, el Hospital del Espíritu Santo o la casa del famoso pintor Alberto Durero. En el legendario mercado Haupmarkt es donde más intensamente se sienten el ambiente y el encanto de la ciudad. El mercado se encuentra en el corazón del casco antiguo, y el sabor tradicional se esconde en las famosas salchichas de Núremberg, declaradas patrimonio culinario de Baviera.

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